Aumenta la cantidad de chicos sordos en escuelas comunes

Cada vez más chicos sordos pueden ir a las escuelas comunes. El implante coclear es clave para la inserción de los chicos hipoacúsicos en el mundo escolar y luego también en el laboral.

"El implante coclear es un aparato electrónico, que instalado en la cóclea -la cavidad cónica del oído interno en forma de caracol-, pasa sobre el área dañada y envía estímulos directamente audibles al cerebro. En general, se tiene la idea de que el rendimiento en la escuela de los niños con discapacidad auditiva se verá afectado por su pérdida de audición. Sin embargo, la realidad indica que esto no es aplicable a los niños cuya pérdida auditiva ha sido tratada con implantes cocleares", asegura Vicente Diamante, presidente de la Fundación de Otorrinolaringología y director del Centro de Implantes Cocleares, donde se colocan unos cien dispositivos por año.

La realidad es que estos aparatos son muy caros: su valor supera los US$ 20.000. Están cubiertos por el Plan Médico Obligatorio (PMO) y es el paciente quien puede elegir donde operarse, es decir, en un centro privado o uno público. La Administración de Programas Especiales que depende del Ministerio de Salud de la Nación autoriza cada implante de las obras sociales. El año pasado, por ejemplo, permitió 174 intervenciones sin contar a las de planes de medicina prepaga.

Sin embargo, la falta de información, la demora en el diagnóstico y ciertos miedos de los padres a veces demoran una decisión en la que la edad es clave. "Los niños que reciben un implante coclear antes de los tres años tienen muchas posibilidades de asistir a una escuela corriente enseguida porque desarrollan el lenguaje rápidamente. A los que se implantan después de los cuatros años les va a costar un poco más reinsertarse a una escuela normal, aunque finalmente lo harán", dice Diamante.

El implante viene acompañado por un trabajo de equipo en el que también participan fonoaudiólogos y psicólogos, que darán apoyo a los chicos en todo el proceso de cambio. En Argentina, cada año nacen con sordera profunda o severa de 750 a 1500 bebés. Existe una ley (la N° 25.415) que obliga a la detección precoz de esta discapacidad, pero su cumplimiento a veces depende de que el lugar tenga los equipos para realizar el diagnóstico. "La pesquisa neonatal de hipoacusia y sordera se realiza a través de la medición de emisiones otoacústicas, un procedimiento sencillo e indoloro, que puede aplicarse en el bebé a las 48 horas de nacer", explica el especialista.
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