EXIGEN TELÉFONOS PÚBLICOS PARA SORDOS E HIPOACÚSICOS

La Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe sancionó un proyecto de la legisladora Ramírez que prevé la existencia de estos equipos en hospitales y comisarías.
La Legislatura santafesina aprobó el jueves pasado un proyecto de la diputada provincial Victoria Ramírez, por el cual se solicita al Poder Ejecutivo la instalación de teléfonos públicos para discapacitados auditivos en los hospitales y comisarías
de la provincia de Santa Fe.

Se trata de equipos de características similares a los convencionales, a los cuales se les reemplaza el timbre por una señal lumínica y cuentan con el agregado de un teclado y visor. Cuando la comunicación se realiza entre dos aparatos de esta tecnología, la conversación es por escrito, siempre y cuando, emisor y receptor estén alfabetizados.

Si la persona que recibe el llamado no cuenta con este sistema, la comunicación se debe realizar a través de una operadora.

La iniciativa tiene por objetivo superar los impedimentos que sufren los discapacitados auditivos ante situaciones cotidianas y posibilitarles el uso de tecnología existente en el país.

Mediante este proyecto se propone al Poder Ejecutivo la realización de convenios con las empresas telefónicas para la instalación de los aparatos descriptos, en los hospitales y comisarías de la Provincia de Santa Fe.

Se trata de aparatos con teclados para que quienes no pueden hablar escriban lo que quieren decir, y quienes no escuchan lo puedan leer.

Una exigencia
El servicio comenzó a implementarse años atrás como parte de las metas que las compañías telefónicas estaban obligadas a cumplir en el marco de la concesión, de acuerdo a la ley nacional Nº 24.204. Hasta hace unos años un porcentaje de los teléfonos públicos que instalaban las empresas debían ser especiales para hipoacúsicos. Pero a partir del congelamiento de las tarifas, objetivos como ese dejaron de cumplirse.

Esto implica que la instalación de teléfonos para hipoacúsicos dejó de ser una exigencia, aunque sí lo es su mantenimiento. De ahí que se estima que funcionan entre 20 y 30 equipos de esas características, entre públicos y telecabinas. Su apariencia no difiere mucho de los convencionales, hasta que se disca el 126 y aparece una caja que contiene un teclado y un visor.

Estos aparatos brindan dos posibilidades para comunicarse. Si ambas personas tienen un teléfono especial, la práctica es
similar a la del chat. El timbre del teléfono es reemplazado por una luz y la charla es por escrito, siempre y cuando ambos estén alfabetizados, lo cual no es un dato menor cuando se habla de hipoacúsicos.

Pero cuando uno de los dos teléfonos es convencional, también se puede conversar. En este caso se marca 125 y la comunicación se establece a través de una operadora. Distintas fuentes consultadas con conocimiento de la materia indicaron que el método es un tanto engorroso y difícil.

Seguridad
Para los padres de chicos sordos que se hallen en la vía pública, u otros lugares, es una preocupación que estos no hallen un teléfono disponible para sordos ni manera de comunicarles a sus seres queridos que tienen una urgencia.

Ante el incremento de la inseguridad, muchos sordos vivieron la experiencia de que, al solicitar la colaboración de alguien que transitaba por la calle si podría efectuar una llamada telefónica, muchos transeúntes se negaron, desconfiando que podría ser asaltados.

Es uno de los puntos mas críticos, que sufren los padres e hijos sordos, que no existen una alternativa para subsanar el inconveniente. Existen locutorios, cuentan con teléfonos especiales para sordos, pero no funcionan las 24 horas, sino tienen un horario determinado de atención al publico.
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