Que el aparato hable por ellos. Con este propósito la Fundación Carlos Elósegui de Policlínica Gipuzkoa, la Fundación Orange y Nesplora, del parque tecnológico donostiarra, han puesto en marcha el proyecto 'e-mintza'. El objetivo es desarrollar un comunicador, «una pantalla táctil personalizada para niños que no pueden hablar porque tienen autismo, deficiencias de comunicación... De esta forma, tocándolo, queremos lograr que el aparato hable por ellos».
Este sistema portátil que facilita la comunicación de personas que no tienen la posibilidad de expresarse tanto oralmente como por escrito, que genera vocalizaciones digitales es, además, personalizable, en cuanto a la lengua utilizada, textos imágenes, vídeos o sonidos disponibles, en función de las necesidades del usuario. «Se podrá utilizar en euskera, en castellano o en cualquier lengua... Además se adapta al entorno y al sistema aumentativo de la comunicación que se le enseña al niño», cuenta Fuentes, secretario de la Fundación Carlos Elósegui.
Esta versatilidad para adaptarse a las condiciones de cada usuario permite que el aparato, en principio ideado para niños y niñas con importantes barreras de comunicación, pueda ser también usado por menores con sordera que aún no han adquirido un lenguaje, personas con discapacidad intelectual grave, aquellos que han sufrido trastornos cerebrales tras traumatismos, personas mayores con enfermedades neurodegenerativas, u otras que no puedan expresarse por requerir intubación o ventilación asistida durante su estancia hospitalaria.
Actualmente ya existen distintos sistemas de comunicación alternativa que, sin embargo, difícilmente se pueden personalizar acorde a la situación del usuario y a la lengua utilizada.
Este proyecto está financiado por el plan Avanza2 del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y la intención es que para el año que viene se facilite el acceso gratuito y universal a todos aquellos pacientes y familiares que quieran usarlo.
